Miro atrás y añoro, con la misma intensidad, las mismas cosas
que detesto e intento borrar de mi memoria. Ya han pasado muchos años, y aunque
decidí sellar mis labios, he vuelto a romper mis promesas y he abierto el sello
que contenía a mi bestia y sin ternura (ni tampoco rudeza) la he despertado de
su letargo, para que con sus aullidos y alaridos, se estremezca mi corazón,
logrando que las palabras broten de nuevo, para así poder continuar con mi
canción. Y en este canto, vendo cuerpo sin alma, el corazón roto y la
inteligencia agotada. No os quejéis, pues os lo dejo barato, veo que hay mucha
oferta en el mercado…