Quizás era mejor así, que él no pronunciase palabra, pues el solo susurro de su voz quemaba toda vida y resultaba insoportable al resto de los seres, del mismo modo que a mí me lo resultó hace tiempo, y, del mismo modo que consumió mi alma en un cúmulo de lamentos, arrebatándome toda existencia y dotándome de una nueva. Quizás ahora, después de tanto tiempo sin escucharle, podría haberme despedazado de nuevo…
“la niña tomó alimento del inframundo, y por ley, todo aquel que lo haga no puede abandonar el territorio de mi Señor”
Miles de susurros rompieron el silencio y la expectación anteriores, y miles de miradas punzantes se clavaron en mi figura… pero eso ya no importaba…volvería junto a él…sería arrastrada de nuevo a mi deseado infierno particular...
Y cuando estaba adentrándome de nuevo en mi lugar favorito, aquel donde no existe nada más que lo que yo decido, aquel en el que se funden realidad y sueño, escuché una voz que me sacó de él como si me despertasen. Era la voz de aquella de la que había emergido, implorando la intervención del Superior…
1 comentario:
Me invade una inquietud insoportable cada vez que leo tu blog, porque con cada breve renglón que salto estoy más cerca
del final, lo que me hace recordar que me aguarda una larga espera hasta la próxima entrega. Hayns... :P
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